Una huerfanita de catorce años cayó enamorada de un muchacho que se alistó en las Milicias Urbanas de Tarragona para defender la ciudad.
Así empieza una vieja leyenda que Anita nos narrará. Embarazada y viuda la jovencita, abatida ante la desgracia, se refugió en el convento de las monjas clarisas de aquella ciudad, y dio a luz a una niña preciosa que bautizaron con el nombre de Tecleta.
Todos los que la vieron contaban que era la nina más bonita que jamás existió. Pelona, tenía su cabecita recubierta por una pelusa de color que brillaba como el oro bajo los rayos del sol. Sus grandes ojos azules iluminaban su sonrisa.
Merecía ser una bebita feliz, pero la guerra llegó a las puertas de Tarragona y el fuego y la destrucción lo invadieron todo.
Lloraremos cuando conozcamos los esfuerzos desesperados de su joven madre por salvarla del Mal que la acechaba.
Al final, un dragón de las tropas de Napoleón, un buen hombre que estaba ebrio, la sintió llorar y la buscó para pincharla con su bayoneta.
Aquel hombre fue rechazado por todos sus compañeros, y al cabo de poco tiempo se quedó ciego por un accidente, y todos lo abandonaron.
Desesperado, huyó por el medio del bosque y los lobos se lo comieron.
Y como muy bien dijo la poetisa Safo de Lesbos hace más de dos mil quinientos años, refiriéndose a los cobardes:
”Morirás, y de ti no quedará memoria.
Y nunca nadie sentirá deseo de ti,
porque no serás partícipe de las rosas de Pieria:
Oscura, en la morada de Hades
tu alma revoloteará entre innobles muertos.”
Los niños y los jóvenes aprenderán de esta historia, que no hay crimen peor que hacer daño o abusar de los niños, y que cuando vean que alguien lo hace, tienen que avisar a sus maestros o a la policía.
Y que no hay peor desgracia que una guerra, puesto que mueren los soldados y provocan gran sufrimiento en la población civil indefensa.